viernes, 17 de agosto de 2007

Allá detrás de los cerros



- Muchacho, me puedes dar la hora
- Sí, claro son las dos de la tarde
-¡Uf! Hace muchísimo calor
- Bastante, en este horno y el ajetreo, la vida se hace más pesada.
Después del instantáneo acercamiento con él joven, el señor provinciano, que se veía debilitado por su edad y causa de las carencias de vida, que tenía en el pueblo que radicaba. Esperaba conseguir una mejor vida en está cuidad.
Cuándo pasaron un par de horas, el señor Salomón decidió buscar trabajo, pero la malicia y el hambre, lo indujeron a la delincuencia. Se le acercó a una mujer a la cuál le quitó su bolso, corrió pero no sirvió, por que pasados unos minutos la señora mando a dos tipos a golpearlo, lo dejaron, sangrado y con cuerpo destrozado, se levanto.
En busca de un trabajo, en el transcurso del camino, fue pensando acerca de lo que había hecho, lo cuál le parecía, aborrecedor. Arrepentido, miraba como la gente de la cuidad se ganaba la vida, estaba bastante desesperado por conseguir un oficio, era tanta su impotencia, por que por ser un pueblerino ignorante la gente se aprovechaba en todo momento de él, para así hacerlo trabajar con engaños.
Salomón seguía caminando cuando de pronto observo a una mujer, parecía tener unos cuantos años, con vestimenta extravagante y aspecto vulgar, Salomón le dijo:
- ¡Qué bonita está!
- ¿Cuánto traes?... guapo
- ¿Dé qué?
- ¿Cómo de que?, No te hagas buey, dinero.
- Pues nada
- Regresa cuándo traigas y no te arrepentirás.
En su camino seguía mirando detenidamente, como era el ambiente urbano veía a la gente de todas clases: limosneros, limpiaparabrisas, licenciados, estudiantes, señoras, en fin toda la gente que pasaba cerca de él.
Al no tener conocimiento sobre los semáforos, cruzó la avenida cuándo la luz estaba en color verde lo cuál provocó qué casi lo atropellarán, él chofer le dijo:
- Cómo eres pendejo, no ves el semáforo.
Después de haber pasado el peligro, Salomón no tenía dinero, ni para comer. Dé pronto escuchó, a dos personas conversando acerca de un trabajo, sé les acercó y preguntó:
- ¿Por dónde está ese trabajo? Ustedes me pueden llevar
- por supuesto, usted sabe trabajar
- Pues un poco de todo
Cuándo llegaron al lugar enseguida lo contrataron, pero su destino iba hacer muy cruel. Ahí mismo le dieron para comer y lo dejaron dormir , el lugar estaba en muy malas condiciones, estaba lleno de ratas e insectos era un lugar repugnante, era el peor lugar para una persona.
A él no le importo por que esperaba tener dinero para poder regresar a su pueblo y toda la noche se la paso pensando.
Al día siguiente se levanto muy temprano, se baño y desayuno las sobras de la comida del día anterior.
En su primer día de trabajo Salomón estaba muy entusiasmado y sé la pasó horas esperando en esa pocilga de local, hasta qué se acercó un señor qué se le había ponchada su llanta y le pregunto:
- ¿Usted, parcha llantas?
- Sí, le contesto Salomón, dudoso
- Me podría ayudar
- ¿A qué señor?
- ¿Cómo a qué?, A parchar la llanta.
Salomón, no supo parchar la llanta por lo qué mejor decidió, irse a buscar otra cosa que pudiera hacer mejor. En todo el día no encontró nada, él iba pensando acerca de su estancia en la capital y se lamentaba por no haberse quedado en su pueblo pero no se daba por vencido, además que sus últimos días habían sido fatales. Y llegó la noche sin encontrar nada por lo que tuvo que dormir en la callé.
Y pasaba días enteros buscando trabajo, sin encontrar nada, en una noche se le acercó, un señor que tenía una mirada extraña y vestía muy elegante, lo cual hizo que se despertara y le dijo:
- ¿No tienes donde dormir?
- Salomón le contestó, no
- Yo te puedo ofrecer mi casa, sube al coche.
Por la ignorancia de Salomón acepto subir al coche. El carro era negro con vidrios polarizados, dentro del coche el señor le mostró una revista pornográfica, Salomón la miraba, el señor arrancó el coche y se estaciono en una calle oscura, donde el tipo le desabrocho el pantalón y le metió la mano, el tipo le dijo a Salomón:
- ¿Te gustó la revista?
-Si, contesto Salomón
El tipo le dijo a Salomón que si podía hacer lo mismo con esas mujeres, Salomón estaba muy nervioso, por lo que le había propuesto el tipo. Con la humildad de Salomón, decidió no acceder a esa propuesta, entonces trato de abrir la puerta, no podía y el tipo le pregunto:
- ¿Tienes miedo?
- No, dijo Salomón
- muy bien, por que yo te puedo dar todo lo que tú deseas, dinero, ropa, comida, casa y miles de cosas más.
- No, quiero nada, abarme la puerta
- No seas idiota date cuenta todo lo que puedes tener.
- abarme la puerta
El tipo se la abre y Salomón sale huyendo como si hubiera cometido un delito o robado algo.
A la mañana siguiente miraba su ropa toda rasgada y pensaba que regresar a su pueblo sería lo mejor, por que está cuidad era cómo un infierno. Porqué en está metrópolis había sido humillado y tratado cómo un animal.
Derrotado por las circunstancias de no haber logrado lo que quería, decide pedir ayuda para regresar a su pueblo.
Estando en el camión que lo trasladaría a su estado, se dice a él mismo por fin allá de tras de esos cerros quedó la ciudad en donde no soy nada y aquí soy alguien.

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