martes, 20 de noviembre de 2007

Toda la soledad del mundo

No es el final, ni la lágrima, ni el adiós. Es el olvido lo que me aterra. Desechar una parte de mí, un sentimiento profundo, una necesidad de beber cada día, una felicidad, un cúmulo de alegrías vividas. Y con ello alejar el latido, y no volverlo a escuchar. Y no sentir nada, nunca más, por nadie. Vaciarme sin ganas, y luego no volver a tener ganas de llenarme. Habiendo ganado el olvido, sentir para mí toda la soledad del mundo. Y vivir en ella. En loquecer, morir y no saber ya nada mas y quedar aqui en las rejas de la soledad.

2 comentarios:

Akeru dijo...

DONDE HABITE EL OLVIDO

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis Cernuda

Anónimo dijo...

gracias x todo esta cool tu blog tu sabes quien soy